18 de octubre de 2007

Sponsor

Luego de varios años fuera de México Salma Hayek hizo una visita al país. La "visita" causó polémica perse. Sin embargo, durante una entrevista a "los medios" se sucitó un hecho que dió la nota y no la visita como tal. Las versiones positivas y negativas sobre el suceso sobran en este post la parafernalia entorno a ello dió ya suficientes muestras de ambas posturas.
El lado amable de esto (sic) -frase del tan socorrido, "leal", "puro", "azul", "bendito", "inocente" y las que se anexen, de Roberto Gómez Bolaños, a quien recientemente se le hacen algunas vinculaciones con el crimen organizado, aunque no sabemos si son recientes esas posibles vinculaciones- es una proyección personal.
Así, ella, durante la entrevista olvidó una palabra en español, patrocinadores, y ella sin tapujos dijo, sponsor. La sala se llenó de una rechifla y ciertos comentarios por el uso de una palabra en inglés. En aquel entonces me reservé mi comentario aunque, pensaba que era una exageración aquella osadía de la veracruzana, agradezco haber guardado silencio. Hoy, -sin que tenga nada que ver este "hoy" con otro socorrido personaje mágico-cómico-musical de nuestro México Lindo- caí en el mismo atrevimiento u osadía, olvidé una palabra en español, protagonista, aquí entra mi proyección.
Recurrí al inglés y mis receptores saltaron. No me madrearon porque Dios es grande. Zaz. Recordé el affair-Salma y aproveché la experiencia para que la situación se tornará a mi favor, así también como el narciso de nuestro ex presidente.
Mi razón tengo para haberle olvidado. No he practicado mucho el idioma. Pienso en español, claro, pero no sostengo conversaciones, frecuentes, en el idioma.
Salvo esta semana en la que he tenido dos oportunidades, la de hoy y la del domingo pasado cuando me reuní con Eleniux de petatiux; desde su rancho, o sea, Ejidos de Dalarna lote Falun se descolgó para hacer deberes personales en Estocolmo pero que con todo y ello se dió un espacio para vicentearme, me la pasé a todas margaras.
Pero para que no digan que por no comer frijoles se me olvida lo mio, pues me di a la penosa tarea de comerme unas deliciosas gorditas de frijoles negros y de queso con su respectiva salsa roja, plus un tequilita.
Gracias Salma por dar la nota. Gracias inglés que por una palabra inmersa en el idioma me das para escribir un post.

14 de octubre de 2007

Mi hermano.


En el verano mi hermano me hizo un regalo inimaginable. Me había adelantado por msn que sus amigos noruegos regresarían pronto a su país y que me enviaría con ellos un paquete. Me llamaron por allá de finales de julio. Vendrían a Estocolmo de visita y aprovecharían la ocasión para darme "el encargo".

Llegó la fecha y hora pactada y yo esperaba donde quedamos. Sonó mi teléfono. Respondí. Me pedían esperar un minuto más pues no hallaban donde estacionarse. Finalmente ví el coche con las características dadas para reconocerle. Me acerqué y de pronto ví a alguien recostado en el asiento del copiloto. No, no, qué es, una foto ó... pero, pero si es mi hermano.

Me quede en el limbo.

Saltó del auto, me abrazo y me dijo, sorpresa. Aún tengo el nudo en la garganta de la emoción.

No escribí en su momento de ello porque lo tenía reservado para un momento como este. Tengo necesidad de mi familia, así que no me pueden abrazar pero yo les tengo en mi mente.

4 de octubre de 2007

En las nubes


Hoy salí de casa diez minutos antes de lo acostumbrado, dormí bien, lo que no me pasaba desde hace tiempo, desayuné sin apuros, arreglé mis cosas de la escuela, me preparé mi lunch, deje algunas cosas listas para terminar al regreso de la escuela, hicé la cama, no hubo estrés, en fin, diría que fue una mañana peculiar para alegría mía. Esos diez minutos y la tranquilidad que traía me permitieron caminar hacia el metro con cierta ingenuidad e inocencia, como un recién llegado a este vecindario, aunque de alguna manera lo soy. Ésta caminata me trajo varias impresiones y sorpresas.

Ví como los árboles ya comenzaban a mostrar su diversidad de colores en las hojas, el otoño les llego, el sol se reflejaba en las copas de éstos y el viento provocaba la sensación de estar en un concierto de orquesta. Sublime.

Hay varias cosas que me fascinan del otoño, recuerdo que en México, cuando era un chavito aún podía ver cierta limpieza del ambiente y de alguna manera percibir el otoño, también los árboles por allá perdían sus hojas a casua de las estaciones del año, y de las primeras cosas con las que me regocijaba era el pisar la hojarasca y oír ese especial sonido que genera, otra de esas cosas era el oír el viento. Hoy tengo una razón más para disfrutar el otoño, me recuerda mi infancia.

Agrego hoy una experiencia-recuerdo archivo del otoño. El T-bana estaba por cruzar el último puente -Skanstullsbron, puente que se observa en el centro de la imagen- que conecta la parte continental de Estocolmo con una isla, donde está mi escuela, y que cuenta por lo menos con una altura de 118 mts., cuando percibí que no podía ver nada, un intenso humo no me dejaba ver, en principio me asusté, pero conforme el metro cruzaba mi miedo paso a un estado de impavidez y luego a soñar despierto, era una densa neblina que me hizo sentir en las nubes. Ver a los autos, al metro, al tranvía entre la neblina y sin percibir los concretos me llevo a imaginar que volaba. La gente en el T-bana guardo silencio. Todos nos aprestamos a disfrutar el espectáculo. El sol al tratar de infiltrarse provocaba un juego de lueces. Sigo con la imagen y el sentimiento en mi cuerpo.

2 de octubre de 2007

Ufff, la de cosas.

Hoy me pasaron un buen de cosas: i) el metro tardó en pasar, por consiguiente llegué tarde a la escuela, ii) la maestra me la hizó de jamón para dejarme entrar, iii) olvidé la tarea en la mesa de la recámara, iv) mi tarjeta de acceso a las computadores no funcionó, v) el cupón para un pan de dulce gratis en la compra de un café regular no pudo ser leído por el escaner . . . La cansada y dolor de cabeza que me dió todo ello. Sin embargo, luego de todos mis "sufriemientos" me llego la luz al corazón. Caminando por un lugar en el que nunca antes había andado y el que me atreví a tomar, pensando en aquello de hacer algo diferente todos los días, me llevo a una sorpresa. Una tienda con MASECA.
Me compré dos paquetotes y aunque algo caros, creo, pero también creo que lo valgo, para hacer unas gorditas, sopes, quesadillas y cuanta cosilla se me antoje.
No hay mal que por bien no venga.