
Después de tres años de no estar en México y de lo que ello conllevo -diversos procesos internos y externos de mi persona y estadios en este país- el viaje anhelado se dio. Fue un viaje muy emotivo. La sensación de regresar a "casa" y ver a mi madre, hermano, familiares y amigos fue más allá de lo que unas cuantas palabras puedan demostrar.
Ver a mi madre y a mi hermano en el aeropuerto llevo a mi corazón a un punto máximo, sentí que me desvanecería, no exagero, es más, es la primera vez que algo así me sucede. Quizá está forma cultural de ser educado, de ver a la madre como parte de nuestro propio ser, hace que nuestros sentimientos sean exponenciados, cual fórmula matemática. O como dice Olivia que, a diferencia de los suecos, desde pequeños nos carga nuestra madre en su regazo, cerca del corazón, mientras que los escandinavos son puestos de inmediato en su carreola, una relación con los materiales sintéticos del mismo. Quizá eso explica lo difícil que es para estos eso de sociabilizar.
En este viaje me acompañó ST. Así que también fue una experiencia para él. Después de algunos días una compañera del colegio y su hermana, que también es mi amiga, nos alcanzaron por allá.
La ciudad luce distinta, desde mi perspectiva tanto que me sentí como un turista más. Por un lado veo que ha mejorado mucho y que puede haber esa esperanza de que va a ir mejor. Sin embargo, no todo es color de rosa. La pobreza, la marginación, los extremos son apabullantes y si no se hace nada esa esperanza de la que hablaba al principio puede esfumarse. Ese país de los contrastes, esas fuerzas encontradas, una ejemplificación clara de la escolástica ortodoxa. Ilustrando mi experiencia en terminos marxistas diría que la lucha de clases sigue y es más evidente hoy que nunca, salvo que una inmensa clase media -toque protestante- hace el quite para más o menos balancear la arena.
Así, puedp decir que éste viaje trajó un re-encuentro con mi pasado, recordatorio de quién es uno pero también fue el momento en el que uno se da cuenta de la re-creación y confirmación de lo que uno es ahora y hacia dónde va. Fue una sensación extraña y compleja de explicar. Uno se siente más mexicano pero también muy lejano de serlo. La India María suele decir que ni de aquí, ni de allá. Cómo explicarle a los tuyos el por qué de quitarse los zapatos antes de entrar a la casa, el de esperar "la eternidad" para ser atendido, haciendo una fila, el de no tener mucho lenguaje corporal, el de no soportar el ruido, ponerse al sol, disfrutar estar solo...
Hicimos muchas cosas, la verdad nos falto tiempo y tiempo, ahora, no tengo, por eso no profundizaré; pero lo que si tenía en claro lo puedo ejemplificar con una frase de Mecano: estoy loco por irme a ... Estocolmo, mi casa.