Ya estamos en la recta final del mes y del año y la nieve brilla por su ausencia. Hace unas semanas hubo una tormenta que nos trajó un poco de ella pero luego de unos días todo quedo en la foto del recuerdo. Una vez más los efectos del cambio climático se han dejado sentir. ST y yo habíamos planeado, en la remota probabilidad de que nevara, de tirarnos por algunas colinas con un trenecillo para la nieve.
Ahora si que se nos cebo. Pobre de nosotros. Pobre del planeta. No quería entrar con complejas discusiones sobre el tema y mis pensamientos se dirigían para allá cuando me detuvé a leer las columnas de diversos periódicos.
La lectura de tantas "malas" noticias comenzaban a profundizar ese sentimiento de "ansiedad" por la falta de la nieve; mero pretexto para hacer catarsis de otras tantas frustraciones originada por esta oscuridad nórdica.
Sin embargo, cuando tocó el turno de la columna de Lydia Cacho mi sentimientos comenzaban a tocar fondo. Sus letras, sus acciones, sus pensamientos, sus exhortos y su energía me dieron el empujón que requería. Y sí, porque hay 10 mil cosas por las que deberíamos de estar agradecidos. Te invitó a seguir a esta admirable mujer. Una mujer que puede salvarle la vida a un hombre.
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