A un mes

Sí, a un mes de que el año comenzo puedo escribir mi anécdota del 31 de diciembre del 2008. Algunos inconvenientes y malestares personales se habían apoderado de mi mente en los últimos días de dicho año. Sucedió algo que no me gustó mucho; la persona involucrada en mi corazoncillo, ST, plus mi familia, eran el motivo. No profundizaré en el tema por que no es el caso.

Ya un poco resignado y con ganas de tomar decisiones que cambiarán un poco ese malestar me presté a ir al gimnasio para terminar el año con lo que he venido haciendo bastante bien, hacer ejercicio.

Ahí, en el gimnasio, me encontré con una cantidad considerable de conocidos. A través del tiempo que llevo haciendo ejercicio procuro ser un poco a la sueca, en cuanto a la interacción con la gente, muchas son mis razones, entre ellas es la distancia que ponen los mismos suecos y los mismos extranjeros; aunque ya con unos puedes hacer más miga que con otros. Con esos que cruzo comentarios y más allá de un hola, se presentaron ese día en mi rutina.

¡Hola Rodrigo!, comenzaban su platica, las siete personas con las que conversé ese día. Todo fue muy interesante y disfrutable; sin embargo, las dos últimas fueron las más "trascendentales". Ya uno me contaba de lo que comería, el otro de con quién estaría, otra más de qué vestiría, otro de sus amores, otra de sus propositos de año nuevo, el penúltimo me habló sobre alguien que me ha visto en el gimnasio y que le intereso pero que por timidez no más no se me acerca. Me dijo que ese alguien es de África y que le ha preguntado todo sobre mí, no sé qué sea todo para él, puesto que no le cuento mucho a la gente que ahí conozco, incluido él, en fin, me levantó el ánimo para dejarme "desear" un poco. No pasó a más puesto que no dí pie a ello, ya tengo quién me llore, ST.

La última persona que encontré fue un amigo de mi equipo de natación, Daniel, me preguntó que qué haría en la noche y ante "falta de plan" me invitó a su celebración. Ya más animado luego de haber oído que tengo fan en el gym pues me apunté.

Pero para mi sorpresa la fiesta tendría un motivo, tema, este sería México. Sí, así, México como tema para una fiesta. Daniel me dijo habrá "comida mexicana", piñata, música, sombreros, zarapes y bigotes. Wow, qué mejor podría ser, no. Ahora que caigo en cuenta cada que me siento un poco melancólico aparecen pequeñas señales de que eso que extraño esta cerca. El borrachín del metro que habla español y que estaba casado con una mexicana o la niña del metro que tenía una virgen de Guadalupe, entre otras.

Me la pasé de fábula por no decir que la vista de la ciudad a las doce de la noche fue increíble, muchos juegos pirotécnicos.

He aquí algunas fotos del reventón. Por cierto, ellos se la pasaron mejor que yo. Por primera vez en su vidurría supieron lo que era romper la piñata con los ojos bendados, gritar: ¡Arriba, abajo, a la derecha, izquierda, al frente, abajo, etc! (En sueco, claro está).