Mañana, lunes, una nueva aventura

Una vez pasada la tormenta, si ha esto se le puede decir tormenta, viene la calma.
Y es que, por la de pendejadas que uno se estresa. Característica de un chilango que cae en una "ciudad" que será, quince veces más pequeña que la Ciudad de México?. Ahora si que quería todo peladito y a la boca. Me preocupé por cosas que por más que presione no podré resolverlas en una semana. Me cayó el veinte.
Lo de encontrar trabajo por ese rumbo va, lo de mis clases de sueco, igual; el estrés inecesario por una supuesta mudanza que no se dará por un buen rato, la preocupación de mi peor es nada por sus horas de trabajo y sus cambios de horario, entre otras. Que en el mejor de los casos ya se resolvieron o toman curso por símismos, pues ya se tienen los primeros frutos.
Pero lo que más me ocupaba era la situación de mi parejilla. Andaba achicopalado porque se esforzo por cabiar sus días de trabajo de la semana que comienza mañana durante la semana que terminó. Asunto resuleto, pensamos. El objetivo de quedar libre para la primer semana de agosto, suceso importante, para él, para mí, para ambos, no por el desmadre, sino por lo que significa, largarnos a Estocolmo al gay parade. Empero, un compañero de trabajo, más ñero que compa, le canceló su disposición para trabajar por él el jueves que viene. Argumentos tuvó muchos. Hassecito sólo uno para sentirse mal DOS días completitos. Durmió y durmió. Depresión. Mi hermano es psicólogo y lo sé de sobra. Debí graduarme en psicología junto con él, ja. Lo único que pude hacer fue: darle frases, absurdas, pero igual no tanto: Ánimo, así, cual vil terapía de Oceánica o de esas tipo Cuauhtémoc Sánchez impratidas por el ITAM -tú sonríe aunque tu jefe te pise y miente la madre-. Funcionaron?, no, no lo creo, conocí otra parte de él que no la había visto. No había brillitos en sus ojos azules, y sus labios delgados se hacían más delgados. Pero ya ayer, yo estando en casa, me llamó, su tonó era otro. Su jefe supó del impasse y... digámoslo así, quedó absuelto de todo pecado. Así que... Anders, Hellena, Mattias, Pär, Cecilia, Lars y no sé cuantos más esperan tremendo alboroto. Por "prudencia" guardé silencio mucho tiempo. Pero vida sólo una. Así que cómo vitoreaba Alska y Dinarama aquel, ahora himno latino de diversidad: A quién le importa lo que yo hago, a quién le importa lo que yo diga, mi vida así seguirá, nunca cambiará...