Mi hermano me envió un sms el jueves diciéndome que se largaría a Puerto Vallarta y Barra de Navidad. Sus amigos y él harán un buen fin de semana en el Océano Pacífico, pensé.
Acapulco está pasado de moda, me dice. En mis adentros aseveré, yo "mataría" por estar ahí a la orilla de ese Océano, no tan pacífico, Acapulco por muy "impopular" que sea.
Su viaje me llevó a comparar mis condiciones. De sus comentarios tropicales y experiencia envidiable a mi frustración y un poco hartazgo de la nieve que aún el jueves tuvimos por acá.
Trato de no pensar en el clima, siento que me adapto fácilmente empero esta vez si se me antojo toda la parafernalía que implica el Pacífico mexicano.
Y para no quedarme con la histería y el antojo, encontré una "viejísima" foto de mi hermano cuando andabamos de turistas con la familia en Barra de Navidad.
Sólo me imagino la misma escena, aunque un poco cambiada la silueta que se ve ahí. Hermanito, pasátela de lujo.
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