29 de junio de 2007

El Chavo del Ocho

Eso fue lo que me hizó pensar cuando Conny me invitó a escribir ocho cosas personales, de esas que son, un tanto no tan públicas.
Es un juego y como tal tiene reglas y un procedimiento que retomo, más adelante, de lo escrito por Conny; sin embargo, creo que no podré cumplir del todo las reglas y no porque sea un quebrantador de la ley, no, no, sino que estoy como el libro de Gabo: El Coronel no tiene quien le escriba, m explico, las ochos personas y los respectivos mensajes no puedo cubrirlos, creo que han sido ya invitadas las personas con las que me conecto vía blog, snif. Perdónenme la vida.
Lo prometido es deuda, he aquí las reglas:
A. Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas.
B. Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog.
C. Junto con las reglas del juego tienen que seleccionar a 8 personas mas invitar a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
D. No Olviden dejar un comentario en sus blogs respectivos de que han sido invitados a jugar, refiriendo al post de tu blog “EL JUEGO"
Y a darle que es mole de olla.
1. Me fascina el cine. Soy adicto. En México destinaba cierta cantidad de recursos para gastar en él y en DVD´s; siempre opté por los filmes no tan holliwodenses a menos que valieran la pena. Me hice de una colección significativa de DVD´s, lástima que me robaron más de la mitad. Aún no lo supero. Acá en Suecia no he asistido mucho al cine pues es bastante caro cerca de 100 Kronor.
2. Me gusta el heavy metal, el trash, death, sfi-fi, rock, hard rock, rock progresivo, gotik, punk y de ahí para abajo hasta llegar a una que otra de la Pau. Imagínate que bizarra composición. Cuando estuve en la prepa me veía más bien dark. Así como me podías encontrar en el Círco Volador también en El Chopo.
3. Me gustan los vampiros, el juego de rol y cuanta parafernalia ligada a dicha "dimensión".
4. Sin leer no puedo vivir, siempre ando leyendo, desde libros de filosofía que igual no capto del todo a la primera hasta instructivos de x o y pendejada. De esas cosas que a veces uno se pregunta y para que v....a me va a servir eso, yo siempre digo que es cultura general; por ejemplo, el orden de los colores de las banderas, las monedas de los países, quién dijo qué, de dónde viene el origen de la palabra x, por qué usan el color naranja en los restaurantes, por qué no he visto globos o payasos en Suecia, etc., etc.
5. Me fascina la ropa. Así que si puedo compro y sino pues a la gringa windows shoppin´; le encuentro su atractivo a unos guarachitos, sandalías de plástico, zarapillo y de más hasta buenas marcas como Fendi, Tous, Shark, entre otras.... un poco el cliché de lo bög, schwule, gay, joto, si se quiere pero no me importa, así soy rete-harto bien feliz.
6. Me fascinan los perros. Mi Doddy es el mejor ejemplo de ello. Tiene todo, buenos modales, aunque mi madre dice que está súper consentido, pedigree y un color bastante raro en su raza.
7. Soy holístico. Así como puedo defender junto con Xóchitl Gálvez los derechos de los Pueblos Indígenas hasta verle el lado bueno a la globalización.
8. Me gusta cocinar. Al menos en comida mexicana puedo decir que me defiendo.
He aquí esto de mí (ésta frase me recordó al título de la película de Almódovar, Todo sobre mi madre, qué peliculón).

15 de junio de 2007

La chingada


No describiré el significado de la palabra, basta ser mexicano para entenderlo pero si se tiene duda consúltese "El laberinto de la soledad", Octavio Paz.

No me lo van a creer pero también lo encontré en Suecia, aunque, algunos más conocedores en geografía pueden refutarme su localización, la encontré cerquita de Leksand un lugar con el homónimo de la estación de metro Alvik.

Sólo una chozilla rústica sobre una colina, sin energía eléctrica, hartos mosquitos y jejenes y 5 individuos, 4 perfectamente conscientes de la existencia del lugar y uno, yo, blanca palomita, que fue como res solito al rastro. Me rasco, mientras escribo, todo el cuerpo, por la de piquetones que recibí como premio de consolación por mi aventurada y precipitada respuesta de aceptación para ir a dicho lugar.

La razón de la aventurado viaje fue para celebrar el midsommar, para los que no sepan, me ahorran la chamba si van a la wikipedia. La información que encuentren puede darle al ego mexicanote de la frase "mal pensados". Sobre todo porque el elemento fálico hará acto de presencia. Total, cada quien juzgue, yo sólo meto jiribilla, jiji.

Una buena experiencia, no sé si detallarlo o no, me sintiría rídiculo y algo gay si doy por menores, pues tendría que usar calificativos como: monísimo, divertidísimo, genial, padrísimo y demás súper chick frases, mejor me abstengo, no, ja.

Bésame, bésame mucho...


Me subí al T-bana, entre empujones, gritos y arrimones, faltó la madam con sus bolsas de mandado para asegurar, por un momento al menos, que era la estación del metro Hidalgo, la ausencia de tal, la mampara con el nombre de la estación Östermalmstorg y la voz por el megáfono: Tåg mot Norsborg, me regresaron a mi realidad. Mire el reloj para terminar de convencerme que no eran las seis de la mañana, sino la una de la madrugada.

En este periodo el sol saca provecho y se resiste a desaparecer del todo. El señor sol sabe jugar bien y durante algunos meses seduce a la noche para robarle unas horas. Miles de historias son escritas bajo su actuación. La mía es una de ellas y lo único seguro que tengo es que luego del verano su escritor terminará bastante desvelado. Mi incosnciente no cede ante la luz solar y no me permite dormir. Días esperando que la noche llegue para ser abrazado por los brazos del Morfeo. Dicen que era guapo.

El olor al alcohol en el subterráneo era perceptible. Se sabe de antemano que así será durante los fines de semana. La droga nacional, el alcohol, su deporte nacional, llegar a la beodez. Este producto transforma la escena diaria de viajes silenciosos en discusiones de mercado, claro está que a menos que te toque algún personaje del Medio Oriente, en un día ordinario y aún viajando solo buscará la forma de hacerse notar, complejos, pero con los suequitos el alcohol es el combustible para verlos hacer, decir y/o actuar lo que en estado sobrio sería difícil de presenciar. Desinhibidos los "timidos" suecos es para estudio antropológico.

A veces no es sencillo trasladarse más de cinco estaciones con un ruido de tal magnitud, el del mercado. Sin embargo, la Ciudad de México me aportó mucho para sortear estas situaciones. Ignorar, pensar u ocupar mi atención en otras cosas como en el observar los paisajes o ensimismarme aunque siempre alerta. Este viaje no era la excepción.

Pero por alguna extraña razón una voz se fue apoderando del bullicio y las platicas-gritos acaloradas, poco a poco cedían a la voz que aunque destacaba por su volumen no era molesta, mi actitud de ignorar también cedió. Inusual. Sentí curiosidad de voltear la cara para buscar al portador de la voz y la razón por la que se "reestablecia el orden" pero mis manuales de buenas costumbres indican que es de mal gusto hacerlo, mis amigas me matarían y me considerarían naca por meterme en asuntos que no son de mi incumbencia, humildemente aceptaría el calificativo porque sé que tienen razón.

¡Ay virgencita!, ¿por qué me pones en estas situaciones si sabes que soy bien metiche?, pensé, pero como la mismísima hembra que soy me aguante. Bien macha yo.

¿Qué podrá ser tan interesante para que los borrachos estos se callen?. Qué más bizarro que predicadores de la fé, excluidos, grupos de turistas, inmigrantes queridos y no tan queridos, estrambóticos, abusivos, durmientes, amantes, qué?. No tardé mucho en descubrirlo. Un hombre, un indigente, entablaba charla con todo aquel que estuviera en su camino, demasiado alcohol en su cuerpo pensé, pero cómo es que este personaje pueda acallar al mercado. Simplemente tenía una especie de karma, charming, química, que sé yo... platicó con gente de todos tipos y sabores y digo que entabló porque destinó bastante tiempo en hacer comentarios e involucrar a los inocentes entrevistados.

Fue interesante ver desplazarse a dicha persona, quedé anonadado, al escucharle hablar por lo menos cinco idiomas diferentes: sueco, inglés, alemán, francés y español.

Silencio, silencio. Nos dijo a todos pues hasta el más briago se dio cuenta de que él no era alguien a quien se le mira con ojos de indiferencia por ser indigente.

Llegó mi turno, se sentó a un lado mío. Qué voy a decir, para ese momento no sabía que supiera español. Pero mi sentido egolatra me ganó por un momento porque el señor no me dirigió palabra alguna sino a los pasajero que estaban de frente a mí. Preguntó en sueco varifrån kommer ni?, no hubo respuesta, no eran suecos; i don´t undertand you, se oyó luego de un intercambio malicioso entre los entrevistados. Habían visto el "espectáculo" desde el principio y por sus comentarios y actitudes me fui enterando de lo que sucedía a mis espaldas.

Pronto uno de ellos que se me hizó el más sangrón tomó posesión de la conversación, respondió todo menos lo preguntado. El entrevistador, en silencio, observaba y me llegó a parecer que ponía atención a lo que se le respondía; pero volvió a insistir: varifrån kommer du?, where do you come from?, ¿De dónde eres?. Volvió haber intercambio de miradas pero esta vez fueron de incredulidad. Yo abrí los ojos de asombro, tanto que el pasajero frente de mí lo percibió.

Ah, lo tengo, entonces si hablas español, inquirió el ya animado pasajero sin hogar. Sí, sí que puedo hablar español, soy mexicano. Abrí más los ojos. Ironía de la vida. Otro mexicano, justo frente de mí, ja.

¡AAAhhh, México!, sabe usted que me casé con una mexicana hace muchos, muchos años, imagínese ahora tengo 68. Fue bonito, fue en Cancún, aún puedo oler el mar, la comida, a las mujeres menuditas y hermosas de allá.

Déme una mexicana señor, se lo suplico. No hay mujeres, no hay gente en ninguna parte del mundo que tengan lo que ustedes tienen. No quiero suecas, no quiero de otro lado que no sea de México o de Cuba. No hay en ninguna parte lo que ustedes tienen, no hay vida como la que ustedes tienen, no hay sitios como los que ustedes tienen, no hay comida como la que ustedes tienen.

Había silencio por completo en el metro. Sentía las miradas de los que seguían ahí sobre nuestros espacios. Yo no volteaba pero no seguí´más con mi desinterés, sólo escuchaba. Pronto me envolvió e incluyó en la charla. ¿Usted también habla español, de dónde es?. Este, soy de México también. La cara del pasajero de enfrente no terminaba de creérselo. Él de Puebla, yo de chilangolandia. Entonces vienen juntos, no. No, no para nada. Qué casualidad, cosas del destino, dijo ya nuestro entrevistador.

Bésame, bésame mucho...... síganle por favor, por favor canten esa canción, imploró el sesagenario. Nos miramos y...

...como si fuera la última vez; bésameeeee, bésame muchooo, como si fuera la última vez.

Sólo podía escuchar el ruido de las ruedas sobre los rieles, no había más mercado, no había interés por sobre salir dentro de todos a través de las charlas con fuerte volumen.

Yo sólo ví una lágrima que rodaba por el rostro de nuestro promotor del destino.

El otro mexicano salió con su acompañante, corrieron a la puerta estabamos en su parada. Se despidió con un adióssssss. Me quedé en el vagón con el resto de los ojos y el señor.

Gracias, pero ahora yo tengo que bajar en la siguiente, necesito tomar el tren de regreso.

La primavera aún no llega para mí...

... pero ya viene.


"Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y veras qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya".
(Jaime Sabines).

Mejor no puede ser, no.