4 de octubre de 2007

En las nubes


Hoy salí de casa diez minutos antes de lo acostumbrado, dormí bien, lo que no me pasaba desde hace tiempo, desayuné sin apuros, arreglé mis cosas de la escuela, me preparé mi lunch, deje algunas cosas listas para terminar al regreso de la escuela, hicé la cama, no hubo estrés, en fin, diría que fue una mañana peculiar para alegría mía. Esos diez minutos y la tranquilidad que traía me permitieron caminar hacia el metro con cierta ingenuidad e inocencia, como un recién llegado a este vecindario, aunque de alguna manera lo soy. Ésta caminata me trajo varias impresiones y sorpresas.

Ví como los árboles ya comenzaban a mostrar su diversidad de colores en las hojas, el otoño les llego, el sol se reflejaba en las copas de éstos y el viento provocaba la sensación de estar en un concierto de orquesta. Sublime.

Hay varias cosas que me fascinan del otoño, recuerdo que en México, cuando era un chavito aún podía ver cierta limpieza del ambiente y de alguna manera percibir el otoño, también los árboles por allá perdían sus hojas a casua de las estaciones del año, y de las primeras cosas con las que me regocijaba era el pisar la hojarasca y oír ese especial sonido que genera, otra de esas cosas era el oír el viento. Hoy tengo una razón más para disfrutar el otoño, me recuerda mi infancia.

Agrego hoy una experiencia-recuerdo archivo del otoño. El T-bana estaba por cruzar el último puente -Skanstullsbron, puente que se observa en el centro de la imagen- que conecta la parte continental de Estocolmo con una isla, donde está mi escuela, y que cuenta por lo menos con una altura de 118 mts., cuando percibí que no podía ver nada, un intenso humo no me dejaba ver, en principio me asusté, pero conforme el metro cruzaba mi miedo paso a un estado de impavidez y luego a soñar despierto, era una densa neblina que me hizo sentir en las nubes. Ver a los autos, al metro, al tranvía entre la neblina y sin percibir los concretos me llevo a imaginar que volaba. La gente en el T-bana guardo silencio. Todos nos aprestamos a disfrutar el espectáculo. El sol al tratar de infiltrarse provocaba un juego de lueces. Sigo con la imagen y el sentimiento en mi cuerpo.

5 comentarios:

Elena dijo...

Ahhh preciosa a mi también me enloquecen los colores del otoño, creo que es mi estación favorita.
Y que lindo también que pudiste disfrutar de un espectaculo natural maravillo y sentir la sensación de volar.
Te mando muchos abrazos y hablamos prontito.

Conny dijo...

Ay Comadrita!el otoño pero en especial el otoño sueco es sencillamente PRECIOSOOOO!! esa gama de colores por todos lados de verdad es impresionante. Aqui en Suecia he aprendido a disfrutarlo mas, no cabe duda que todas las estaciones del año se viven y se notan viviendo aqui.
Me da mucho gusto que hayas podido disfrutar de este espectaculo que nos hace un dia mas tener una razon mas para sonreir no crees?
Ademas vives en una de las ciudades mas hermosas del mundo.
Disfruta el espectaculo natural que tienes frente a ti, no siempre se tiene esa fortuna.
Feliz finde!
Besotess!

maga dijo...

qué lindo lo que escribiste!
Esos viajes-sueños-natural-realidad son HERMOSOS! de la nada aparece y atrapa la mirada de todos y nos transportan a otro lado y nos olvidamos un momento de la realidad para disfrutar a mami Gaya.

El otoño es la pura neta tamien para mi Ró! como dicen el cambio de colores, clima, etc awwwwww

un b3cho!

Anónimo dijo...

Oye, tu no crees que la ciudad de México está más limpia ahora? Suena raro, chance, pero recuerdo que a principios de los 80's había basura POR TODOS LADOS. Creo que ahora la cosa no anda TAN mal, o si? La pregunta viene por eso de "cierta limpieza del ambiente" en tu post...

Lorena dijo...

ahh que bonita experiencia :-)