10 de junio de 2009

Con el poder de la mente


Uno conoce mucha gente durante los distintos periodos y lugares de su vida. Uno se hace ahí de sus mejores amigos, conocidos, cuates, compañeros, entrañables, etc. A veces esas relaciones son duraderas y otras pasajeras. De esas situaciones se desprende el pensamiento del que a veces uno espera mucho de quien "debería" dar ese mucho y no pasa nada, pero, por el contrario, pasa mucho de ese de quien no esperabamos mucho.



Uno toma decisiones y caminos distintos y , sobre todo, esos entrañables hacen lo mismo, se pierde el contacto y uno se pregunta qué pasó, sobre todo cuando había días en los que se estaba juntos y se vivía pensando que así sería siempre. Cuando se toman caminos distintos se hace a veces hasta imposible obtener un teléfonema o una señal de vida de esos que fueron entrañables, quizá para recordar o mantener vivas esas inolvidables experiencias. Quizá uno simplemente se aferra a algo que tenía un periodo en espacio y tiempo.



Así es esto, son experiencias y uno aprende de ello para manejarlas y darles otro matiz más que el de preguntas recurrentes y retóricas sobre los por qués, uno madura, visualiza, pondera, analiza y dirime las cosas con otro tenor. Pues de otra forma uno sólo obtendría respuestas vacías. Simplemente todos somos diferentes y buscamos cumplir nuestros sueños, metas o anhelos de acuerdo a nuestras capacidades y condiciones.



Supongo que yo he hecho lo mismo, me hicé entrañable de alguien que esperaba mucho y no di el ancho por eso es bueno ser prudente con lo que uno hace o dice de los otros.



Sin embargo, tengo un sentido extra, si le puedo decir así, que me permite, por ejemplo, que de la nada me llege el nombre, la cara, un momento o alguna señal de alguien o algo que deje de ver por hace tiempo. En ocasiones se vuelve frecuente esta sensación y por lo general el resultado es que obtengo contacto con esa persona o cosa, ya de forma directa o indirecta.



Hace unas semanas pensaba en dos personas. Una a quien aprecié en verdad demasiado; la vida nos llevó por caminos distintos pero con todo y ello yo le buscaba y le buscaba, viviamos en la misma ciudad y cuando quería verle, "no se daba esa oportunidad". Decisté. Al buen entendedor pocas palabras. Pero resulta que ahora me contacta, jmmm. Creo que no haré mucho, así lo dejaré. Y la otra persona que me contactó es alguien con la que compartí un poquillo de mi vida, no eramos muy íntimos pero este reencuentro ha tenido un sabor más que agradable. Irónico, no; ambos casos lo son, creo yo.


2 comentarios:

? dijo...

ASi es esto de las amistades. YO me reecontre con mi amigo de la infancia despues de 17 años de no saber nada de el. Al principio eramos como dos extranos, pero ahora, hasta vacaciones tomamos juntos. NO puedo dejar de pensar en que hubiera sido si nunca nos hubieramos separado, pero bueno, lo importante es que nos econtramos y nos llevamos superbien.

Ogirdor dijo...

¡Órale! Eso del reencuentro suena chidísimo. Es como encontrar hermanos, no; almas gemelas, me atrevería a decir, incluso.
Freddy, siempre sorprendiéndome.