29 de febrero de 2008

S.O.S.


"Un conmovedor pedido de ayuda de un refugiado iraní gay en Malasia está echando luz sobre la desesperación y el temor que experimentan los homosexuales en Irán y acerca de aquellos que han tenido que escapar a otros países para intentar salvar sus vidas.
La carta, escrita por un joven gay de nombre Sepehr, narra la descorazonada historia de la vida de un homosexual en Irán y del sufrimiento causado por la necesidad de huir a otro país para escapar de la persecución y hasta de la muerte. El pedido de ayuda de este iraní gay y refugiado se hace eco de la situación apremiante de otros gays y lesbianas que se encuentran atrapados en Irán bajo amenaza de muerte si su orientación sexual es descubierta.
En relación con esta noticia, miembros de la Unión de Estudiantes de Irlanda realizaron un llamamiento al gobierno iraní esta semana para que se detengan las ejecuciones de dos hombres por sospecha de ser homosexuales. Los dos jóvenes, identificados como Tayyeb Karimi y Yazdan, han sido condenados bajo el Articulo 110 del Código Penal de Irán que establece que los hombres que mantengan relaciones homosexuales "serán ejecutados" El pasado mes de septiembre, el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad, dijo en un discurso en la Universidad de Columbia en New York que "en nuestro país no tenemos homosexuales como ustedes. La homosexualidad no existe en nuestro país".
En el año 2005, Irán enfrentó una protesta pública luego de la ejecución de dos adolescentes. De acuerdo al London Times, los dos adolescentes fueron mantenidos en prisión durante14 meses antes de ser ejecutados, luego de haber sido torturados y golpeados en repetidas oportunidades. Aquí debajo pueden leerse algunos pasajes de la carta del joven iraní gay que tuvo que huir de su país por temor a ser torturado o ejecutado. El joven, que solo se identificó con el alias Sepehr, logró llegar a Malasia, donde solicitó asilo político.
La carta fue enviada a la Organización Iraní Queer en Toronto y fue publicada el jueves. “Mi nombre es Sepehr [alias]. Nací y crecí en Irán, un país que asesina a la gente por enamorarse. Mi gobierno asesina a homosexuales porque nos considera enemigos de DIOS.
Mi presidente niega nuestra existencia como seres humanos cuando declaró que no había homosexuales en Irán durante su discurso en la Universidad de Columbia. Si él dice que no hay homosexuales en Irán es porque no podemos mostrarnos. Debemos mantenernos escondidos porque si nos encuentran, nos ejecutan. Siempre me sentí marginado y mis amigos y conocidos siempre han cuestionado mis sentimientos, pero yo no puedo cambiar quien soy.
Cuando empecé la escuela, comenzaron los abusos, los cuales me dejaron cicatrices emocionales. Luego conocí a alguien que cambió mi vida. El sentimiento que existía entre nosotros finalmente le dio sentido a mi vida. Pero esto nos costó ser golpeados y esposados por las autoridades escolares.
Por un tiempo intenté ‘enderezarme’. Eventualmente fui a ver a un doctor y me di cuenta que esta era mi naturaleza y no un virus. Este fue el momento en el que me di cuenta que yo tenía derecho a tener mi propia vida. Pero los efectos de mi identidad sexual me habían vuelto a atrapar y este período de mi vida se terminó. Otra vez la tristeza, otra vez la soledad. Mi familia me abandonó sólo porque amo a las personas de mi mismo sexo.
Abandoné Irán tomando un autobús hasta Pakistán porque estaba recibiendo amenazas. Si me arrestaban, corría el riesgo de ser ejecutado sin derecho a juicio. De Pakistán fui hasta Zimbabwe y finalmente llegué a Malasia en mayo del 2007 donde solicité un asilo político. Luego de casi un año, ya he completado mi segunda entrevista y estoy esperando la resolución de mi caso.
Durante ocho meses estuve sufriendo aquí en Malasia. Para conseguir dinero para comer, me acerqué a un hospital para vender uno de mis riñones, pero me dijeron que la venta de órganos es ilegal en Malasia. Son pocas las opciones que tengo, ya que no tengo permitido trabajar hasta que mi asilo sea aprobado, pero adquirir estas herramientas de supervivencia es muy difícil.
Vivo en un pequeño pueblo a 45 kilómetros de la ciudad en una vivienda que me deja a merced de miles de insectos que se alimentan de mi sangre cada noche. Ya no sé que más hacer, ni siquiera tengo jabón para lavar mi ropa. Estoy sentado aquí con este cuerpo moribundo mientras les escribo esta carta. Estoy rezando y estoy llorando. Le estoy pidiendo a DIOS que me ayude.
Estoy planeando suicidarme, pero siento que perdería mucho; mis 10 años de estudio, el haber trabajado duro y lo que me ha costado aceptar quien soy. Yo tenía planes, quería escribir libros, quería compartir mis experiencias, quería ayudar a que los gays pudiesen entender un poco más acerca de si mismos. Pero no puedo hacer planes con el estómago vacío, no puedo continuar con esta vida. Necesito la ayuda de ustedes ahora. Todavía soy joven y quiero mantenerme vivo pero no se cómo. Por favor, contáctenme y muéstrenme el camino. AYUDENME AHORA, MAÑANA VA A SER TARDE. Se los ruego. ESTOY CANSADO.”"
Malasia – (Uk Gay News)

3 comentarios:

? dijo...

Escuche al respecto hace poco en una estacion de radio del gobierno estatal de Oregon. La historia es cruda, toca demasiadas fibras. Que tristeza que en tiempos de digitalization, tecnologia avanzada y globalizacion, aun se escuchen los ecos latentes de estos llantos.
Saludos.

Lorena dijo...

Rod, leo estas cosas y me pongo enferma, simplemente no me entra en la cabeza, no lo puedo entender, me dá mucho coraje contra el mundo, contra paises, gente que a lo mejor no todos ellos están involucrados en esto, pero que de alguna manera lo consiente, es muy triste que en el mundo todavia existan estas cosas, no deberia de ser, definitivamente NO, ojalá y al menos Sepehr se pueda salvar, sería un acto simbólico y de ensenanza al mundo de lo que podemos hacer por nuestros semejantez.
Saludos y un besito ;-)

maga dijo...

uy ró es horrible esto que sucede allá y a lo que orillan a sus habitantes.
Una de mis clases la comparto con un chico iraki que es homosexual. Él es súper abierto, lindo y me da mucho coraje como lo ven cuando llega clase. Pero por le otro lado em da mucho gusto porque bien o mal en Suecia puede ser libre de ser lo que es sin miedo.

Un besito Ró!